El corrector verde tiene un color muy marciano pero es muy resultón. De eso no hay duda.
Este corrector es muy útil para lograr un efecto de piel perfecta y libre de impurezas.
Con él, podemos camuflar todas las rojeces del rostro (pista: ¿recordáis la rueda de color?). Se aplica sobre granitos, capilares rotos y cualquier rojez que encontremos en la piel.
Por tanto, la necesidad de utilizar este corrector varía en función de las rojeces que tengamos en ese momento. Cuantas más rojeces, mayor necesidad. Por ese motivo, puede haber épocas del año (¡o del mes!) en las que haya más necesidad que en otras de utilizarlo. Es un producto que nos puede durar muchos años ya que normalmente utilizamos poca cantidad en cada uso.
El corrector verde se puede encontrar en formato de lápiz, en crema o en líquido y se aplica siempre antes de la base de maquillaje. Personalmente, prefiero los formatos en crema por dos motivos: son más cubrientes y tienen menos riesgo de poder dejarse ver tras aplicar la base de maquillaje (sí, amigas, esto puede llegar a ocurrir).
Besos